La fiebre blockchain no cesa. El Foro de Davos acaba de demostrarlo. Hoy, las llamadas Initial Coin Offerings (ICO) alcanzan niveles históricos y cada día aparecen propuestas de aplicación y mecanismos de la plataforma que nadie o muy pocos habían imaginado y que abarcan escenas de la vida cotidiana que parecen no tener fin. Este es, sin duda, el año en que atrape al mundo… o inicie su fin como espejismo.

EL MAPA BLOCKCHAIN 2018
Redes sociales
El logo de Sociall lo forman dos eslabones estilizados en un atractivo color azul que forman una elongada letra “S” en blanco. En poco tiempo podría convertirse en uno de los más reconocibles en el mundo.

Hasta hace un par de meses, Sociall se publicitó como NEXUS, una red social con todas las funcionalidades que cualquier usuario podría esperar, pero con la promesa de que su información personal gozará de privacidad absoluta, es decir, no será vendida a terceras partes, nadie la empleará con fines publicitarios sin su consentimiento explícito y no podrá ser hackeada. (Para dimensionar lo atractivo de esta oferta, citemos por ejemplo que a partir de mayo próximo un nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos, aplicable a toda la UE, buscará garantizar la privacidad de los usuarios de internet de aquel continente al prohibir que terceros empleen datos considerados “sensibles”: política, sexo, religión, salud y origen étnico.)

Al mismo tiempo, los usuarios de Sociall recibirán recompensas en una criptomoneda (Sociall, SCL) por sus publicaciones más gustadas por los demás, y podrán vender y adquirir bienes y servicios entre ellos, sin comisiones de por medio. Vendrá luego a fines de año una tarjeta de débito en colaboración con MoxyOne (empresa que se especializará en la emisión de tarjetas para proyectos que trabajen con criptodinero), para retirar el dinero “real”.

Sociall garantiza, además, que no habrá censura porque su red social, sencillamente, carecerá de administradores y dueños. Steemit es un proyecto similar que cuenta con alrededor de 70 mil usuarios, pero se ha estancado en el anzuelo de “premiar” colaboraciones y no más.

De acuerdo con su libro blanco, el proyecto fundado por Jade Mullholland, “es una red social descentralizada segura y privada con una plataforma de anuncios publicitarios y mercado digital integrados que emplea su criptomoneda nativa, el SCL”. Y está a punto de lanzar su versión beta cerrada.

Economía colaborativa
Bajo el argumento de que los 1,200 millones de autos en el mundo permanecen activos sólo 4% del tiempo, en promedio, Helbiz, propone convertirse en un AirBnB descentralizado del transporte, desde bicicletas hasta jets privados. Su plataforma se basa en el blockchain Ethereum y la divisa Helbiz (HBZ)

En su libro blanco, la empresa asienta: “Aplicar esta tecnología transformará el futuro de la movilidad y de los datos compartidos, y creará un proceso más justo y transparente. Por ejemplo, al rentar un vehículo, las consideraciones de seguros se registran en un contrato inteligente, los pagos se basan en la utilización y Helbiz permite que usted reciba una compensación, tanto por los bienes, como por los datos que comparte”.

Inteligencia artificial (ia)
Se estima que para 2020 el mercado mundial de la Inteligencia Artificial alcance los 10 mil millones de dólares y todos los fabricantes de software la incorporem en sus productos. Ante estas expectativas, la ia no podría quedar fuera de esta tendencia. Dbrain es una plataforma blockchain abierta que enlaza a las empresas de desarrollo (Microsoft y NVIDIA, entre ellos) con gente de todo el mundo que pueda colaborar en la etiquetación de imágenes y la validación de datos. Así, constituye una oportunidad de empleo (en la modalidad crowdworking) para la población no bancarizada de los países en desarrollo, quienes recibirán la remuneración correspondiente en Dbraincoins (DBR).

Administración pública
En 2014, con el claro objetivo de atraer capitales y fomentar su economía, Estonia se convirtió en la primera nación del mundo en ofrecer la ciudadanía digital a cualquier persona del mundo que, a cambio de 100 euros y su acreditación en términos legales, la solicitara. Desde entonces, sus e-residentes, provenientes de más de 150 países, han establecido cerca de cinco mil empresas. La pequeña nación báltica espera hoy que para 2025 el número de sus ciudadanos incorporados a este programa de e-residency llegue a 10 millones. Mientras que “la sociedad digital más avanzada del mundo“, como la ha catalogado la legendaria revista especialzada Wired, ve por ahora frustrados sus planes de contar con una criptodivisa propia, el “estcoin”, ante las condenas enérgicas del Banco Central Europeo, otros países están anunciando planes de digitalizar su administración pública. El caso más destacado: Dubai, que acaba de anunciar que ya tiene en fase piloto una veintena de aplicaciones blockchain en servicios como energía, transporte, salud y educación, en su camino a convertirse en el primer gobierno en adoptar dicha tecnología al 100% a más tardar en 2020.

In blockchain we trust
No huelga recordar que las posibilidades de esto que muchos ven como una utopía tecnologizada tienen sus orígenes más remotos en 2009, cuando el creador del Bitcoin, Satoshi Nakamoto (aquel personaje de cuya identidad nadie sabe nada, se ha especulado todo, y que en 2015 fue nominado al premio Nobel de Economía) le propuso al mundo la creación del Bitcoin y con éste, un “cambio de paradigma”: el uso de un protocolo llamado blockchain (y es aquí donde comienza a venir a cuento el logo de Sociall) que eliminara “el intermedio de una institución financiera”.

Vendría luego el prodigio canadiense Vitalik Buterin que a los 19 años de edad presentó su plataforma Ethereum, que hoy emplean tres de cada cuatro proyectos en la industria.

Menos de una década después de su nacimiento, al Bitcoin se le ha acusado de ser una burbuja, de tener orígenes oscuros y de promover el tecnoanarquismo, además de no haber sido capaz de evitar transacciones con drogas y pornografía. Pero, precedidos por el sector tech, múltiples ámbitos han adoptado con veneración la tecnología blockchain.

“Blockchain es una revolución perfectamente comparable a la aparición del ordenador personal o al desarrollo y popularización de internet. Es, posiblemente, uno de los cambios más importantes y fundamentales que vayamos a ver en nuestras vidas, con el potencial de cambiarlo todo”, dice en su prólogo de la edición en español del aclamado La revolución blockchain (editorial Paidós), de Don Tapscott (autor de títulos como Wikinomics y fundador del Blockchain Research Institute) y su hijo Alex Tapscott, Enrique Dans, profesor de Innovación en la prestigiosa IE Business School.

Pero si fuera necesario un indicador más sobre el enorme optimismo reinante, traduzcamos los hechos en dinero. Así, según la firma ICOData, emprendedores de todo el mundo recaudaron en 2017, más de siete mil millones de dólares en Ofertas Iniciales de Monedas y en lo que va de 2018 la cifra ya rebasó los dos mil millones. Por su parte, para financiar el arranque de su transformación actual, la mencionada Sociall llevó a cabo una Oferta Inicial de Monedas de 23 millones de ethereums (20.5 millones de dólares). Pero hay un récord: La startup blockchain que hasta hoy ha recaudado más recursos en una ICO es Filecoin (proyecto que busca aprovechar y tokenizar los sitios de almacenamiento de datos inactivos en todo el mundo), con 257 millones de dólares, en septiembre de 2017.

Algunos llaman a la prudencia. Joi Ito, director del Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (mit, por sus siglas en inglés), amén de activista, empresario e inversor en capital de riesgo y una de la voces más reconocidas de la industria, ha sido uno de los críticos más duros de las ICO. A finales del año pasado en una conferencia sobre el Bitcoin en la Universidad de Stanford insistió que las ICO están atrayanedo hoy “a las personas equivocadas”. En resumen se trató de una advertencia contra los especuladores, la cual no dista mucho de las alertas que en nuestro país han lanzado la Secretaría de Hacienda, el Banco de México y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

En diciembre, en un comunicado conjunto, dichas autoridades financieras señalaron que las ICO surgidas en México no sólo “podrían violar la Ley del Mercado de Valores”, sino que “los activos virtuales han mostrado alta volatilidad, pues son objeto de amplia actividad especulativa, por lo que resulta indispensable alertar de los riesgos inherentes a quienes decidan utilizar o invertir en estos activos”.

Si blockchain cumplirá los sueños de democracia, equidad y justicia de unos, y de dinero de otros, está por verse. La suerte está echada.

Por Jorge Mendoza Toraya