La verdad la dicen los ojos, no siempre las palabras. En un mundo en el que, tristemente, las apariencias (resultado de las redes sociales o incluso medios de comunicación “formales”) son las que nos hacen decidir sobre otra persona, me resulta un regalo conocer, mirada a mirada, a un nuevo amigo, padre ejemplar, colega profesional y, claro, también, un tremendo actor: Julián Gil.

BLACK: Te escuché hablar sobre un evento en Miami en el que está involucrada tu hija, dime ¿cómo se trabaja con la familia?
JULIÁN GIL: Es complicado. En mi caso, quien maneja la oficina en Miami es mi hija, ella tiene 31 años. Nicolle posee una capacidad de organización tremenda, lleva muy bien la contabilidad y es ordenada. Entonces, para lo que yo soy un poco débil, ella es mejor; siempre he dicho que es bueno buscar un balance con quien trabajas. Además, considero que el hecho de tener una empresa familiar es uno de los legados más importantes que le voy a dejar.

BLACK: Como padre, ¿cómo proteges a tus hijos y al mismo tiempo los impulsas a que por sí mismos, ellos se coman al mundo?
JULIÁN: Es a través de la comunicación y conversaciones constantes que sostengo con los dos mayores. Ella tiene 31 años y el otro 22. La clave aquí es que hagan lo que les apasione, ese fue un consejo que siempre me dio mi mamá y hasta la fecha lo sigo llevando a cabo. No hay nada como hacer lo que te apasiona, porque si lo haces, no vas a sentir que trabajas, sino que te vas a divertir siendo mucho más entregado. Es lo que vivo yo; y es lo que le sugiero siempre a Nicolle. Por ejemplo, a ella le encanta la moda, la producción, el cine, y yo la impulso a que vaya por ese camino, sin embargo también le llaman la atención los negocios.

BLACK: Tu “no trabajar” te ha llevado a estar y no estar en muchas tierras…
JULIÁN: Claro, soy un ciudadano del mundo. También estoy en muchas tierras y en muchos corazones de alguna manera. Por ejemplo, en el caso más personal, para poder lograr las cosas de las que ahora estoy orgulloso, he tenido que dejar muchos corazones, como el de mis hijos, de mis hermanas, de mi familia, de mis mejores amigos. No siempre estos corazones tienen que ver con la situación sentimental de pareja. A veces uno se da cuenta que va dejando atrás cosas que con el tiempo se convierten en lo más importante: ¡hablo de la familia! Ellos siempre van a estar ahí, al igual que esos pocos amigos que se cuentan con los dedos de una mano. Si me preguntas hoy qué ha sido lo más difícil que he vivido, te respondería justamente que es: separarme del cariño familiar. La última vez que fui a Miami cené con mi hija, hablamos, gozamos y para mí fue como un “shot” de vitamina y energía increíble.

BLACK: El otro día, platicando con Eugenio (Derbez) salió el tema del precio de la fama, del riesgo y el sacrificio con los que hay que vivir por esa distancia física, porque de por medio hay distintos husos horarios, otras formas de vida, pero al final existe esa “ruptura” que ustedes han tenido que provocar en su vida familiar.
JULIÁN: Sí, eso lo peor. Para mí lo más importante es la familia, y saber que los voy dejando (sin quererlo), duele. Porque en la carrera de un artista entre mejor le va, más le exigen, y mientras más le exigen más se separa de sus seres queridos. Separarte de la familia es una de las cosas más lamentables… que los tiempos no se adapten por diferentes compromisos e intereses, es difícil, pero te debes adaptar, entender y tratar de verse lo más que se puede. Antes, mis hijos lo único que anhelaban era verme, compartir conmigo sus actividades, lo cual no significa que ahora no lo deseen, sino que han cambiado sus intereses y yo he pasado a una prioridad distinta, soy el plan B (risas).

BLACK: Tú pasas a ser plan B como padre…
JULIÁN: Exacto… irremediablemente. Es la ley de vida, pero también con el paso del tiempo vas a convertirte en el plan A. Cuando recuerdo, 20 años atrás pienso en todo lo que me hubiera gustado hacer con mi mamá o con las personas que ya no están en este plano, pero en ese momento por x o por y, o por inmadurez, ese sentimiento pasa a ser un plan B. Sin embargo, cuando lo ves del otro lado te das cuenta que en realidad siempre fue el plan primero, no el A ni el B.

BLACK: Y el plan ha sido el plan, y hoy estás aquí, estás tranquilo y satisfecho por muchas cosas. Te quiero preguntar algo sobre el pasado, ¿qué harías diferente? Si es que existe algo, un camino que hubieses elegido correr diferente; y qué fue seguro, ¿cuál fue una decisión que volverías a tomar tal cual?
JULIÁN: Maravillosa pregunta, porque uno siempre se la hace. Creo que una persona no se debe arrepentir de nada. Yo he tomado decisiones malas, muy drásticas, pero puede ser que en ese momento me di cuenta de que había sido lo mejor, sin embargo, después de mucho tiempo reflexiono y digo: ‘por algo la tomé y por eso ahora voy en este camino’. Este aprendizaje solo te lo da el tiempo. Lo que sí siento son arrepentimientos momentáneos, que transformo en pensamientos positivos.

“No hay nada como hacer lo que te apasiona, porque si lo haces,
no vas a sentir que trabajas, sino que te vas a divertir siendo mucho más entregado”

BLACK: ¿Eres de decisiones radicales?
JULIÁN: Sí, muy radical. Tengo la mecha muy corta, y a veces me auto-flagelo porque no sé si tomé esa decisión muy rápido o me tardé en decidirme; y pienso que ya todo estuvo mal y no hay manera de cambiar las cosas.

BLACK: ¿Te es fácil asumir un error o te es fácil pedir una disculpa? Porque tener la mecha corta como yo, te lleva a pensar que tal vez exageraste y terminas pidiendo perdón.
JULIÁN: Yo acepto mis errores, pido disculpas y no me quedo atascado en eso. Sí he cometido muchísimos errores, pero me siento orgulloso de saber que estoy consciente de haber cometido un error y de haber pedido disculpas, porque al final cuando te das cuenta que tienes la capacidad de pedir perdón y de que eres sincero contigo y con la otra persona, te hace más grande como ser humano. A mí me encanta pedir perdón.

BLACK: ¿Qué tan bueno eres para disculparte a ti mismo?
JULIÁN: Ahí soy muy pendejo. Soy de los que quiero que esté bien todo el mundo menos yo. Entonces veo a la gente contenta y yo no sé decir que no, tengo el sí muy flojo (risas). Es algo que he querido cambiar, pero es inevitable, es más fuerte que yo. Ayer me mandó un video un amigo que decía “el poder es saber decir que no”. Sentí que me estaba dando cachetadas porque no soy así y siento que lo que he logrado lo he alcanzado por la manera en que soy. Te confieso que ya no lo veo como un defecto, y tal vez es una virtud, pero no sé cómo decirlo… para mí es más importante ver a mi gente bien que a mí mismo, es increíble pero así es.

BLACK: No es increíble. Creo que no es lo mismo ser complaciente que ser bondadoso.
JULIÁN: Por ejemplo, mis hermanas y mi hija tienen un carácter de mierda. Mi hija es capricornio y siempre me dice que soy un pendejo por algunas decisiones que tomo. El domingo me fui a Miami, hoy estoy aquí porque tengo un evento a las 8 porque no pude decir que no y mañana me voy a Puerto Rico. Es decir, yo ya estaba al lado de Puerto Rico pero vine a México y mañana vuelvo a viajar a Miami a las seis de la mañana para estar en Puerto Rico a las 4 de la tarde. Y le decía a ella que sí es una chinga, pero me hace feliz. Hay gente a la que le hace feliz fumar o salir de antro. A mí me hace feliz ser yo y no quiero que me traten de cambiar, aunque se enojen -esto va para mi hija-.

BLACK: Se enoja porque te protege.
JULIÁN: Desde luego, porque ve que no duermo. Hoy me llevó al aeropuerto a las 7 de la mañana y me había acostado a las 2 de la madrugada. Y se enoja y se preocupa porque ve que no descanso, pero yo le digo que soy feliz así. Y si fumara se enojaría conmigo, o si tomara… le digo que me deje ser feliz. También puede ser parte de escudar todo lo que estoy viviendo en el trabajo.

BLACK: Te voy a decir una cosa, yo me puedo acostar a dormir con dolor de cabeza, con estrés, con colitis, pero nunca me meto a la cama con remordimiento de conciencia.
JULIÁN: Yo igual, yo me acuesto a dormir tranquilo.

BLACK: Cierto, las horitas que duermes estás en paz.
JULIÁN: Mira, Alberto, mi mánager, lleva trabajando conmigo 23 años y a veces nos peleamos, como en cualquier relación de trabajo, pero yo no me puedo acostar enojado. Igual con mi hija, si hago algo mal me disculpo.

BLACK: Para llevar una relación laboral/amistad por tantos años hay que ser inteligente, paciente, bondadoso, y hay que saber crecer juntos…
JULIÁN: Y tener diferencias y superarlas.

BLACK: Claro. Es lo que decías unos minutos atrás, cuando hablas del corazón no es necesariamente una relación sentimental hombre-mujer, hablo de amistad…
JULIÁN: Sí, de la familia, los amigos, los vecino. Es que cada vez que dices amor, piensas en la pareja, pero no, el amor es a veces ser yo.

“Para poder lograr las cosas de las que ahora estoy orgulloso, he tenido que dejar muchos corazones,
como el de mis hijos, de mis hermanas, de mi familia, de mis mejores amigos”

BLACK: ¿Cómo llevas la posibilidad de que alguien te diga no, aunque seas Julián Gil?
JULIÁN: Yo quiero que cuando esté equivocado me digan que estoy mal. Por ejemplo, mi familia no me alimenta el ego, porque ese me lo enriquecen en la calle cada cinco minutos,. Mis hijos, mi familia, ellos están para decirme las cosas objetivamente, que me digan la verdad, no solo lo bueno. A veces cuando me dicen que no es mejor a que me digan que sí, porque es más desafiante. Digamos que me dicen que no para un trabajo, entonces me preparo más para el siguiente. Imagínate que a todo te digan que sí.

BLACK: Hay un tema que se da contigo y no con empresarios y profesionistas de otra área, y es que si tú la riegas, la riegas públicamente, pero si aciertas, también. ¿Cómo logras desnudarte de ese ego para ser tú mismo? Porque muchos se quedan en esa burbuja, que debe ser muy viciosa y adictiva.
JULIÁN: Es un vicio, es una adicción así como estar frente a las cámaras. A mí no me gusta hablar de mí mismo, pero creo la honestidad es una de las cosas que me ha ayudado a ser transparente, a ser tal cual soy. No te voy a mentir.

BLACK: Se te ve en los ojos.
JULIÁN: Y soy así como productor, en el foro con el director, con mis compañeros de trabajo. Si me ves en diez años, verás que soy el mismo, y hace diez años era igual. Yo cumplo una década en México y me ha costado mucho esfuerzo, pero lo he podido lograr porque he sido yo. La gente ha visto mi trayectoria en diez años aquí en México, y 30 de carrera en total. Yo no puedo mentir, como dices, se me nota en los ojos.

BLACK: Hay algo en esta vida con lo que me cuesta mucho trabajo lidiar y es alguien que miente. Te puedes equivocar en muchas cosas, pero mentir…
JULIÁN: Claro, mentir no puedes.

BLACK: ¿Perdonas fácil? ¿Olvidas fácil?
JULIÁN: Siempre he perdonado, pero este ultimo año he sido más cuidadoso al hacerlo, por situaciones que he vivido. Y en este proceso he visto gente que me ha atacado mucho y gracias por no tocar el tema, pero yo lo voy a hacer. Por ejemplo, una persona que ha sido muy dañina, yo no la puedo perdonar. Y yo sé que tengo que trabajar en eso porque yo no tengo rencor con nadie. Y créeme que en 25 años la gente me ha traicionado mucho, y yo he perdonado siempre. Ahora en mi mente, recientemente me digo que ya no puedo perdonar ciertas cosas y es cuando me castigo a mi mismo. Actualmente me tardo en perdonar, pero perdono.

BLACK: Tocaste un tema que tiene que ver con la conducta humana y con cómo las cosas se pueden distorsionar demasiado fácil hoy en día. ¿Cómo combatir el hecho de que se mal entienda que alguien seguro de sí mismo y exigente sea el malo, y el que aparentemente se hace pasar por víctima, aunque no lo sea, es el bueno?
JULIÁN: Porque ahora la opinión pública se deja llevar por lo que dicen las redes sociales. Pero olvidémonos de nosotros que somos famosos, entra a instagram y verás que la gente proyecta lo que no es, lo que no hace, querer tener lo que no tiene. Me sorprende ver gente en instagram y luego verlas en persona y son totalmente diferentes. Yo soy famoso y público y pueden decir lo que sea, pero la gente proyecta constantemente lo que no es para alimentarse el ego.

BLACK: ¿Entonces qué hacemos para distinguir entre lo auténtico y lo fake?
JULIÁN: Viendo a la persona a los ojos, así te das cuenta. Por eso no te puedes enganchar con las redes sociales, porque no hay manera. En el caso de nosotros, cuando estoy en mis entrevistas soy yo, no trato de ser alguien más, ni miento. Pero la única manera es sentir a la persona, verla directamente persona y que transmita.

BLACK: ¿Más contacto humano, no?
JULIÁN: Exactamente, esa es la palabra. Y tú puedes conocer a una persona por una red social y una vez que la conoces frente a frente la expectativa cambia. Antes pasaba eso, conocías a una persona en una discoteca o donde fuera y ya, pero ahora con las redes sociales es una arma de doble filo porque no sabes si están vendiendo una imagen o qué.

“Soy de los que quiero que esté bien todo el mundo menos yo. Entonces veo a la gente contenta y yo no sé decir que no, tengo el ‘sí’ muy flojo (risas)”

BLACK: Pero ojo, es un arma de triple filo.
JULIÁN: E insisto, el contacto humano es sumamente importante. Tenemos que recuperarlo.

BLACK: Me voy a quedar con esto, a través de una red social puedes contactar a alguien, no conocerla.
JULIÁN: Definitivamente.

BLACK: Gracias por dejarte conocer un poco más y por conectarte con nosotros. Te admiramos y te queremos.

Por Lina Holtzman Warszawsky