Pocos reconocen sus errores en público. Por eso la cima no se encuentra llena. Predicar con el ejemplo es una infalible receta que pocos dominan y que, sin duda, conduce a hacer de la vida un platillo digno de quien quiera reconocerse privilegiado. El chef mexicano Daniel Ovadía comparte uno que otro ingrediente, no tan secreto ya.

BLACK: ¿Existe una receta para hacerla en la vida, para tener éxito?

Daniel Ovadía: Lo primero que se necesita es dedicarse a lo que a uno le gusta. Hacerlo con muchísima pasión y estar dispuesto a dejar ciertas otras para obtener lo que se quiere.

BLACK: ¿Dejar qué, Daniel?

Daniel Ovadía: Amigos, familia, vida social… En mi caso tuve que dejar la época de juventud, de salir con los amigos (empecé a trabajar a los 18 años).  Hay que esforzarse muchísimo, rodearse de gente que crea en ti, y tú creer en ellos. Así se crean, según yo, los proyectos exitosos. Es fundamental dejar a un lado el ego, y saber que todo el tiempo puedes aprender algo nuevo de todos y de todo.

BLACK: “Dejar a un lado el ego”, mencionas. La diferencia entre un Chef y un jefe en otra industria, es que a ustedes por default se les llama “chef”, en todo momento. Por ejemplo, si yo pido en la redacción que te localicen, me contestan “ok, Lina”; en tu cocina, te responderían “sí, chef”. Ustedes son los dueños del lugar, sean o no dueños del restaurante. (En tu caso sí es así).

Daniel Ovadía: (Risas). Cierto ese punto de vista. Al final “chef” quiere decir “jefe”, en francés.

BLACK: ¿Cómo puede hacerle un jefe a quien se le tiene que decir jefe y es más jefe que el jefe, dejar al lado el ego?

«Yo logré deshacerme del ego tras haber sido demasiado egocéntrico y soberbio, hasta que caí. El golpazo me enseñó, afortunadamente, siendo muy joven aún, tenía 21 años. Mi restaurante era muy exitoso y eso provocó que cometiera muchas tonterías. Vivía con mis papás; por supuesto que no tenía una familia a la que mantener. El restaurante era mi vida. Lo digo siempre: el tiempo, la edad, son los mejores maestros. Nadie es intocable ni imprescindible». 

BLACK: ¿Cuál fue el resultado de tus tonterías?

Daniel Ovadía: En pocas palabras, cerramos el restaurante (Paixa), ya que, como te decía, por soberbia tomamos decisiones erradas. El ser humano está acostumbrado a repetir los errores.

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