En un mundo donde la brecha digital de género es una tarea pendiente, el nombramiento de Nicole causó revuelo en el más positivo de los sentidos. ¿Quién es esta mujer que platica que estudió ingeniería cuando en un salón de clases había muy pocas mujeres? Fuimos a pedirle que nos lo contara de viva voz.

BLACK: ¿De qué tamaño es la responsabilidad que hoy enfrentas?

Nicole: El reto de AT&T en México es muy grande por la sencilla razón de que somos a nivel mundial reconocidos como una marca de muchísima calidad y empezamos a enfrentar a un competidor formidable, establecido, con unas redes muy grandes.

Empezamos adquiriendo dos compañías pequeñas [Nextel y Iusacell] que venían compitiendo en el mercado limitadamente, debido a su parte financiera y también debido a las condiciones del regulador. Esto cambió e hizo que hubiera una oportunidad franca para venir y empezar a competir. Sin embargo, no es que la tuviéramos fácil.

Hoy tenemos una red que ya es punta de lanza en cuanto a tecnología, con una capacidad, según el área que corresponda, de cuatro, cinco, seis y hasta 10 veces mucho mayor que lo que había antes. Fue una transformación fabulosa y una experiencia profesional única.

BLACK: ¿Qué talentos debe tener tu equipo de trabajo?

NICOLE: Para trabajar en un área técnica es importantísimo tener el piso técnico, pero yo siempre digo que independientemente de la capacidad técnica y el conocimiento técnico que podamos tener, si no sabemos trabajar con gente, si no tenemos el don de relacionarnos, de comunicarnos, de resolver los problemas de una manera respetuosa y productiva, de escucharnos unos a los otros, perdemos mucha información.

Por lo general nos resulta fácil trabajar con gente parecida a nosotros, pero he notado que el tener gente que ve las cosas de manera diferente, que las aprecia de otra manera ayuda a lograr soluciones que son mucho más ricas, mucho más sólidas,  que si no hubiéramos escuchado sus puntos de vista.

BLACK: ¿Te parece que los puestos deben basarse en cuotas o en el talento?

NICOLE: Las cuotas me parecen una visión mucho más rígida y mucho más forzada. A veces se usan de mala manera, como un número que hay que cumplir, sin importar la calidad del talento. Entonces se trata de una fachada.

Yo creo en la meritocracia. Creo que un puesto lo debe ocupar el mejor, sin importar de dónde viene ni cómo, de qué color es, qué tan alto, tan bajito, ella, él, en qué cree, etcétera. La persona mejor capacitada, con la mejor actitud para ocupar ese cargo. Por eso soy igual de exigente con las mujeres que con los hombres. Yo trabajo igual con unos y otros y les exijo por igual. Creo que es importante que desde jóvenes el nivel de exigencia sea el mismo.

Si bien hay cosas que físicamente nos hacen diferentes, ello no quiere decir que no se le pueda exigir lo mismo a una mujer que a un hombre. Por supuesto, una mujer no va a poder cargar algo muy, muy pesado y un hombre sí, pero apartando esas diferencias claras, que en nuestros trabajos en una  sociedad de servicio no son importantes… la pelea es tú a tú.

BLACK: ¿Cómo te interesaste en la tecnología?

Nicole: Desde pequeña, siempre tuve mucha inquietud por entender cómo estaban hechas las cosas. Mi mamá siempre se quejaba porque cada vez que se compraba un reloj, sobre todo si era electrónico, yo lo abría. En esa época había aparatos Betamax o VHS y yo los abría para entender cómo funcionaban. Recuerdo incluso que de más pequeña mi sueño era ser astronauta;  forraba mi clóset de papeles y de tableros de control. La Luna y la tecnología siempre me fascinaron.

BLACK: ¿Qué le dirías a esa Nicole pequeña que destapaba los relojes de su madre?

NICOLE: Le diría ‘¡prepárate! Prepárate porque el futuro es grande’.

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