Por Lina Holtzman W. @linaglow
BLACK: ¿Qué somos más hoy en día, perfectos desconocidos o imperfectos conocidos?
Manolo Caro: Yo creo que perfectos desconocidos. Porque hoy sentimos que conocemos a la gente que nos rodea, pero —incluyéndonos— estamos llenos de secretos, tenemos una vida pública muy clara, una vida privada, pero una vida secreta que no estamos dispuestos a confiarle a nadie. En esto tiene que ver mucho la tecnología, la redes sociales. Todo ello nos permite ofrecer el perfil que queramos. Mucha gente me dice “oye, qué bien te la pasas”. La verda es que me la paso en chinga. Ayer me bajé de un avión y fui a una entrevista, mañana me subo a otro. Todo esto se conecta con aquello que queremos vender y cómo queremos que nos vea la gente. Esto nos vuelve perfectos desconocidos.
BLACK: ¿Qué quieres vender? ¿Qué quieres que la gente vea de tu México, tu entorno, con tu trabajo, pero también a través de ti como un líder de opinión, como un creativo?
Manolo: Tengo muy claro que hay un personaje que dista mucho de ser yo encerrado en mi casa con mi grupo de amigos. Un amigo español me dijo: “Tú has tenido muy claro el personaje que sales a vender”. Creo que así está bien porque ello te permite, en la intimidad, quedarte con lo bueno y con lo malo que pasa en tu vida. He intentado vender la imagen de un México muy actual, muy contemporáneo, aunque no sé si “vender”, sea la palabra, porque es algo en lo que creo realmente. Me pasó con La casa de las flores. Todo el mundo me decía: “Oye, qué abiertos son en México, qué open mind”. Pero me pasaba también muchísimo en Colombia, Argentina y España, que es como mi segunda casa, ahora que estuve en promoción. Mis amigos me decían: “Oye, qué bien se ve México, qué bien que se hable tanto de esos temas y con tanto desenfado”. Bueno, a lo mejor el desenfado está en nuestros núcleos pero se empieza a permear a la sociedad. Si empezamos a darle visibilidad a ciertos temas, sin miedo y con la normalidad que debería existir, a derribar los tabúes y quitarnos la venda de los ojos para decir “esto somos” este país tendrá más oportunidad de sentirse en la actualidad.
BLACK: Siempre has roto tabúes y has sido sumamente disruptivo. Has tenido muy claro tu mensaje de desenmarañar a la sociedad y nuestros pequeños o grandes secretos. Pero, ¿siempre fue fácil que se recibieran esos mensajes tan brutalmente honestos?
Manolo: No. Sigue siendo una lucha. A veces en la intimidad me sigo sintiendo hasta dolido, porque cuando uno levanta ciertas banderas, como en mi caso la diversidad, es muy fácil mostrar dónde pueden golpearte. A mí me ha llovido tanto en lo personal como en lo profesional, para convencer a una marca o a una empresa como Netflix de que “tenemos que apoyar estos temas”. Es difícil, pero creo que si uno no tiene banderas que defender en esta profesión no tiene sentido hacer lo que hacemos.
“Acostumbrarte al aplauso es el mayor cáncer en esta profesión, porque te nutre muchísimo más el cuestionamiento”
BLACK: Creo que en la vida, incluida, si uno no tiene su bandera que no lastime al otro…
Manolo: ¡Claro! Me da mucha risa porque mucha gente cree que disfruto, por ejemplo, con el lanzamiento de esta serie… olvida el lanzamiento de la serie, que fue algo muy fuerte a nivel personal. Recuerdo mi primer corto, que se llama Gente bien atascada: estábamos en Guanajuato, en ese momento el festival de cortos más importante del país, y en la sala había hojas pegadas donde invitaban a la gente a no verlo.
BLACK: ¿Qué año fue?
Manolo: Año 2010, más o menos. Los carteles en las puertas del teatro donde se iba a exhibir decían: “No dejemos que estos temas entren a nuestras casas”. Mis amigos se tomaban fotos, se reían y las posteaban, pero al final hay algo dentro de ti que te hiere, ¿sabes? El que parezca que estamos en una lucha que nunca va a terminar y que por eso cada vez hay que ser más directos, más constantes y más libres.
BLACK: ¿Crees, Manolo, que al menos en México, somos hipócritas porque nos reímos de ciertas realidades pero fuera del cine o cuando apagamos la tele no las apoyamos?
Manolo: Claro. Yo tengo una línea de una obra que se llama Straight, que es una obra que monté acá en México, que es maravillosa, y dice, hablando de la homosexualidad: “Pareciera ser ese tema del cual todo mundo habla y que todo mundo aplaude, pero cuando brota o se descubre en el núcleo familiar es como una enfermedad”. Ah, ok, entonces todo mundo quiere un amigo gay, y todo el mundo le aplaude a Ricky Martin que sea gay, y a todo el mundo le encanta que los diseñadores de moda sean gay, pero cuando se trata de tu intimidad hay un rechazo o una necesidad de curar esa sensación horrible que se llama homofobia”
BLACK: En tu caso, homofobia; en mi caso es el antisemitismo. Seguimos señalando a las minorías pero sin apoyarlas.
Manolo: En efecto. Algo en el ser humano no está evolucionando, porque, para poner un ejemplo, si eres mexicano perteneces, de entrada, a una minoría porque eres latino; si eres gay eres una minoría, si eres madre soltera te vuelves una minoría, si eres viudo te vuelves una minoría, entonces todos tenemos una parte de minoría y si no empezamos a convivir. Es muy absurdo, por ejemplo, que ahora la caravana migrante sea señalada y a la gente le parezca terrible, pero si es lo mismo por lo que hemos peleado por los mexicanos en Estados Unidos. Somos súper racistas con los centroamericanos y sudamericanos, pero si Estados Unidos nos hace lo mismo hay una ofensa.
BLACK: Es absurdo y es muy triste y, además, es muy frustrante. ¿Qué somos entonces? ¿Somos unos hipócritas? ¿Somos miedosos de conocer lo que no es como nosotros? ¿Somos doble cara, flojos? ¿Qué somos?
Manolo: Yo creo que miedosos. Cuando uno empieza a defender lo que es, tiene que existir esta valentía de decir “esto soy”, cueste lo que cueste, discusiones, enojos, pero saber lo que eres e identificarte con ello. Creo que tiene que ver con el miedo, ese sentimiento que paraliza y cuando uno se siente atacado lo hace preferir decir “bueno, yo no me meto con tal tema”. Es absurdo, hay que hablar de todo.
BLACK: Lo de la doble cara es hoy mucho más evidente, delicado y peligroso, porque somos quienes somos en realidad, pero todos somos un personaje. Tenemos un personaje de Instagram que puede ser o no el mismo o la misma que en Facebook. Ahí está el tema que tocas: desmenuzar el verdadero yo, el que se atreve a poner, como ocurre en la película, su teléfono celular al centro de la mesa y se atreve a decir “aquí está lo que no publico en Facebook para quien lo quiera leer”.
Manolo: A mí me emociona mucho el tema de las redes sociales porque caricaturiza lo que realmente creemos que somos. Están los influencers, con los que no coincido, pero, bueno, ellos sabrán lo que hacen y por qué. Hace un par de días una chavita me dice “ay, a mí me interesa muchísimo la moda”, y le pregunté “¿vas a estudiar estilismo o diseño de modas?” Me respondió: “pues estoy intentando volverme influencer”. Ya no interesa estudiar ni la formación. Yo, por ejemplo, siempre supe que quería ser director y escritor, pero tenía ganas de formarme como ser humano y terminé mi carrera de arquitectura, aunque nunca la ejercí, pero esas herramientas te ayudan en el día a día. Es absurdo, aunque todos caemos en ese juego; a veces veo mi Instagram y digo “ay, qué padre es mi vida ahí”.
BLACK: ¿Crees que las nuevas generaciones han perdido la paciencia por lo que sigue al esfuerzo, los estudios, la preparación?
Manolo: Se ha perdido la paciencia y se ha perdido la capacidad de asombro. Ya no hay nada que los motive, y me incluyo a veces ahí, a decir “estoy viviendo un momento tan increíble, pero estoy preocupado por otra tontería…” Todo es tan inmediato, a una velocidad vertiginosa. Si estamos con alguien creemos que al lado hay una plática más interesante. Vemos el jardín del vecino más verde, como dicen por ahí.
BLACK: ¿Sabes qué me encantaría que me dijeras, entonces? ¿Por qué el jardín de Manolo Caro florece y florece tiene varias primaveras al año?
Manolo: Siempre me he dicho que mis éxitos y fracasos han tenido que ver con el hecho de rodearme de gente que admiro y que respeto. Me toca muchas veces ser la voz cantante siendo el director, y la voz y la figura que los medios quieren, pero creo que mi jardín florece porque me rodeo de gente que admiro, respeto y dejo que entren a mi vida y que sean parte de ella.
BLACK: Hay alguien a quien conocí antes que a ti, que sé que también te quiere mucho y que te apoya mucho, que es tu hermano.
Manolo: ¿Óscar Uriel?
BLACK: ¡Sí! Lo quiero mucho.También es bien importante, y ya me estoy metiendo en tu vida. Tu hermano…
Manolo: Es increíble. Mi hermano es una pieza fundamental. A nivel profesional es increíble porque todos creen que me ha aplaudido en todo, y no. Es duro conmigo. Es estricto consigo mismo y es una persona que se ha preparado, le gusta la excelencia, y le gusta estar en el lugar correcto y en el momento correcto y decir las cosas correctas. Es muy inteligente y muy culto, muchísimo más que yo. Siempre me ha obligado a que me cuestione mucho lo que estoy haciendo. Él estaba muy inconforme con mi decisión de hacer el remake de Perfectos desconocidos. Ahora que vio la película me dijo: “Ya entendí por qué tenías ganas de disfrutar, de relajarte, que el peso no cayera al cien por ciento en ti y de reconciliarte un poco con la profesión”. Le respondí: “lo sé, pero no te lo sabría ni explicar”. Al final no se lo tuve que explicar, me felicitó y entendió por qué lo hice. Que tu familia, que te ama, te cuestione te hace crecer.
BLACK: Impulsa más un “¿porqué? que el aplauso.
Manolo: ¡Claro! Es que el aplauso aburre. Yo estoy muy agradecido con lo que me está pasando este año; ha sido de muchos éxitos en el teatro, con La casa de las flores y espero que con esta película. Pero lo digo con humildad, acostumbrarte al aplauso es el mayor cáncer en esta profesión, porque te nutre muchísimo más el cuestionamiento.
BLACK: Exactamente. Quiero terminar haciendo un homenaje a Perfectos desconocidos, que estrena el 25 de diciembre. Si ahorita después de este primer encuentro con Black —porque será seguramente el primero de muchos— le pudieras mandar un whatsapp a Óscar donde le expresaras la sensación que te deja, ¿qué le dirías?
Manolo: Que me sentí muy cómodo. Estos momentos que son de plática, de hacer fotos…
BLACK: Gracias por tu confianza, la pasamos tremendamente y fue un honor haberte conocido.
#TBT Manolo Caro fue nuestra portada BLACK Invierno 2018