No hay presente sin pasado ni caminos sin maestros ni cómplices. Greta Gerwig lo sabe; fueron ellos su guía para lograr escribir y dirigir cine por cuenta propia.
A sus 34 años de edad, Greta Gerwig sabe perfectamente lo que quiere, hacia dónde va y cómo lograr sus propósitos. No es afecta a las concesiones y difícilmente sucumbe a las limitantes. Es así como esta actriz, escritora y directora estadounidense, mujer emprendedora —como ella misma se denomina— nunca se está quieta y siempre está ideando.
“Así me he percibido siempre, como una hormiguita que no se está quieta. Por eso me han pasado muchas cosas. Cuando quise dedicarme a escribir obras de teatro exclusivamente, me rechazaron varias veces porque decían que mi personalidad era muy simple, y yo me preguntaba: ‘¿qué carajos tiene que ver mi personalidad con las historias que quiero contar?’ Me propuse ser yo misma la que generara sus propios proyectos y jamás dejar pasar los momentos de chispa, esos que te llenan de ilusión por un instante, pero que sabes que son de creatividad pura”, señala la actriz de ascendencia alemana en entrevista.
¿Qué más se puede hacer en este convulsionado mundo? Su película Lady Bird está nominada a cuatro premios Óscar; a Gerwig le competen las categorías de Mejor Director y Mejor Guión Original. El controversial filme ha polarizado opiniones por la mezcla de candidez, cinismo y desazón que maneja una chica que hace su transición de adolescente a joven, entre la preparatoria y la universidad, y entre no saber dónde encaja, si en el Nueva York que le encanta o el Sacramento donde debe vivir.
Esta historia de relación madre-hija la vivió ella misma y no se arrepiente de haberla escrito.
“No hay mejor halago que me digan que hubo un punto de encuentro emocional entre el filme y el espectador, y no creo que sea necesariamente porque es una historia muy femenina, sino porque genera sentimientos relacionados con la época de adolescencia y juventud fresca que nunca tuvimos el tiempo de explorar como se debe. Es decir, nos piden que lleguemos a la Universidad ya con una idea de todo lo que queremos ser de grandes cuando apenas estamos asimilando el primer amor, la primera relación sexual, el primer desencuentro fuerte con los padres, incluso, el primer encuentro con el desapego emocional hacia los padres, la familia, para emprender el camino propio… eso me encanta, que me digan que mi historia conmovió o generó algún sentimiento”, acota Gerwig.
Y para hablar de su presente, dice que invariablemente habría que mencionar el pasado. Su currículum deja entrever que la dirección de un proyecto fílmico era uno de los siguientes pasos en su andar, aunque ni ella imaginaba el impacto que lograría, desde que estrenó Lady Bird, en el festival de Sundance, hasta que se dio a conocer con la crítica del Festival de Cine Internacional de Toronto… y el resto es historia.
Buenos maestros
Su cercana relación con Joe Swanberg y Noah Baumbach la hizo formarse en el camino para escribir y dirigir por cuenta propia, ya que codirigió y coescribió con ellos varios proyectos y entendió que la vida está llena de maestros, independientemente de los que el aula tiene destinados para uno en la escuela.
“Aprendes de las personas que te rodean y las que te hacen crecer. Y Joe y Noah fueron esas personas que me hicieron ver el camino que quería seguir: la dirección. Hice Nights and Weekends con Joe y coescribí y coproduje Mistress America con Noah, y ya en ese momento sabía que quería estar al mando del proyecto, pero, antes, tenía que saber cómo armar un equipo y cómo ser líder para tener mi propia aventura. Y son los maestros que no están en la escuela, sino los que se ponen en tu camino y te hacen ser fuerte, aventada, arriesgada… con ellos me formé y son parte de mi crecimiento”, indica.
Originaria de Sacramento, la actriz de Frances Ha afirma que más que una feminista consumada, se considera una idealista sin etiquetas, a quien le gustaría darle cabida a los productores, directores, escritores y demás parte del gremio, basándose exclusivamente en su talento y no en su red de conexiones y recomendaciones.
“Vale que se hable más de una persona por sus logros que por sus credenciales o por quién lo recomendó. Me encanta este momento que vivimos las mujeres en el cual nos sentimos más apoyadas, y creo que es importante estar unidas; pero me gusta mucho más el sentimiento que da que hablen por tu talento y no sólo por esa referencia a que eres mujer”.
Sobre Lady Bird, destaca que tiene que mencionar a las dos mujeres que encabezaron el largometraje junto con ella: Saoirse Ronan y Laurie Metcalf (postuladas respectivamente al Óscar a Mejor Actriz y Mejor Actriz de Reparto) ya que en conjunto manejaron el feminismo de la película con una clara idea de mostrarlo sin que resultara empalagoso.
“Y, la verdad sea dicha”, concluye Gerwig, “somos mujeres fuertes y testarudas, muy llenas de ideas y convencidas de nuestro poder… nos gusta ser mujeres, ser líderes y ser las que tienen la última palabra”.
Por Max Emilio Bassarelli