Para Michel Franco hacer cine significa crear desde las entrañas, provocar una emoción permanente en el espectador… Detesta la palabra perfección, sin embargo, sus producciones alcanzan siempre esta calificación. Pero, ¿por qué? El mismo lo cuenta…
Michel pertenece, o más bien «despertenece» (aunque sabemos que el término no existe) a esa generación de nuevos directores mexicanos que trabajan sin el alma y que están buscando obedecer los paradigmas de una película líder en ventas en las carteleras cinematográficas, al contrario, su entusiasmo se centra en la calidad del guión y en la fuerza de los personajes.
“Realmente el equipo con el que trabajo siempre es pequeño porque para mí vale más la actuación y una buena historia que todo lo demás. Pienso que es la manera más pura de hacer cine en estos tiempos”, agrega el director.
Sin esperarlo, su cuarta producción cinematográfica Después de Lucía obtuvo el Premio a la Mejor Película en la Sección «Una Cierta Mirada», en el Festival Internacional de Cannes 2012 y el Silver Hugo Special Jury Prize, en el Festival de Cine de Chicago.
Franco conserva la humildad con la que empezó en esta industria y confiesa que recibir un galardón, por parte de una reconocida organización, es una experiencia que genera alegría, pero al mismo tiempo mucha presión. “Una producción cinematográfica implica algo más que un equipo y encontrar el reparto que se acople a la idea y expectativa del director es un gran reto. Si lo logras, y encima de esto te dan un premio, quiere decir que las cosas las estás haciendo demasiado bien y eso asusta. El hecho de tomar el riesgo de convertir las ideas en una realidad y luego hacer que la magia en el guión o en la historia trascienda, es una experiencia única”.
“Por ejemplo, delegarle a Tim Roth (en la cinta “Chronic”) casi toda la parte de la actuación fue difícil. Él decidió interpretar a su personaje de acuerdo a sus emociones y estuvo muy bien. Confío mucho en su experiencia, aunque te confieso que sí tuvimos nuestras diferencias; es normal. Me pasó también durante el rodaje de mi primera película, en la que había un grupo de gente que no la veía como yo, y en cambio quería lucirse, hasta que le dejé claro que aquí la única que tiene que salir ganando es la película, el proyecto”, comenta el visionario mexicano.
¡SALIR DE LA ZONA DE CONFORT!
Provocar comentarios negativos, reacciones inesperadas y sensibilidad por parte de la audiencia, es una cualidad del trabajo de Michel. Las situaciones de violencia, drogas, problemas en las relaciones personales y pérdidas de seres queridos, las plasma, sin temor alguno, en la pantalla grande.
“Cuando tratas temas universales, como la muerte, y hablas de que ese final en la vida debes sobrellevarlo con la mayor dignidad y el menor dolor posible, todos nos identificamos. Y en “Chronic”, la mayoría de los actores habían perdido a un ser querido en alguna etapa de su vida. ¡Claro que eso enriquece más la historia, pues sus sentimientos están a flor de piel!”.
Una mente que es la autora de grandes proyectos nunca quiere dejar de aprender y descubrir nuevas cosas. Es por esta razón que Franco siempre se ha considerado como un hombre “entregado” y “generoso” a la hora de trabajar en equipo. Cada proyecto ha sido parte de un proceso de desarrollo como ser humano y la conclusión de esta evolución, aún no se ha llegado a él.
“En un mundo ideal toda la gente debería ser generosa. Tendría que haber en cualquier profesión ese gran nivel de entrega; sin embargo, no todo el mundo tiene el lujo de dedicarse a lo que le gusta y eso también es muy respetable”.
En un día normal, “detrás de cámaras”, el cineasta disfruta a su familia, se dedica a tocar la guitarra y algunas veces a hacer ejercicio. Estos momentos, dice “son necesarios porque me ayudan a conectar con el presente y con lo que sucede a mi alrededor. Por otro lado, vivir el presente significa mantener los ojos abiertos para descubrir inspiración en otros sitios que alimentan mi creatividad”.