“A veces la gente se queda 10 minutos contándome mis sketches, como si no los supiera”, dice con desparpajo. “Me pasan muchas cosas extrañas. Tengo de hecho que escribir un libro sobre eso”. Y estas palabras francas son apenas el preámbulo de la plática gozosa con un hombre de mil aristas.

BLACK: Estas anécdotas que me estás contando, nadie me las cuenta.
Euegnio: Nací viendo a mi mamá como la reina de las telenovelas. Salíamos a la calle y todo el mundo le pedía una foto y mi mamá nunca se negó. Mi papá siempre la apoyaba; él cargaba las fotos. Me acuerdo de que llegábamos a comer a algún restaurante y mi papá se la pasaba feliz, regalándoselas a todos los comensales para que mi mamá se las autografiara. Para mí era una parte de la carrera. Cuando me hice actor así lo sentí y nunca me causó molestia.

BLACK: Yo puedo presumir una foto contigo. Tu qué presumes de ti. ¡Presúmeme, presúmete!
Eugenio: ¿Qué presumiría de mi? Quizá la parte que quizás no todos saben, que me dedico mucho a ayudar a los animales. Le dedico una parte importante de mi tiempo libre a la parte animalista. Mucha gente luego me reclama que por qué a los animales y no a los niños, a los viejitos o a los pobres. A veces mejor me niego a decir a quiénes ayudo, pero ayudo anualmente a un asilo de viejitos, a los niños de unicef, a los de no sé cuánta asociaciones…en fin, tengo una larga lista de gente. Pero mi corazón está con los animales, porque siento que son los más desprotegidos, los que menos voz tienen, alos que no protegen la sociedad ni la ley. Empiezo por los que están más abajo. Alguien dijo que el hecho de que unas vidas importen menos que otras es el origen de todos lo malo que hay en el mundo. Y eso abarca cosas que oímos, como “es que esos son negros, es que esos son mexicanos, esos son inmigrantes, es que esos son esto, esos son lo otro, esos están muy prietos y esos están muy amarillos. Esos son judíos, esos son católicos, esos son musulmanes”. Ese es el problema en el mundo, cuando la gente piensa que una vida importa menos que otra

BLACK: Pero, ¿cómo se supera eso?
Eugenio: Es muy extraño. De repente se te acerca una persona… un homeless, que incluso huele mal, que no se ha lavado las manos y lo primero que haces por instinto es rechazarlo. Pero un día hice el ejercicio de manera consciente, de entablar conecto y verla a los ojos y de entender a esa persona como un ser humano. Si estoy en un aeropuerto, en un lugar público y de repente me empieza a molestar que alguien se me acerque por alguna razón, lo primero que hago es como si me autoregañara y miro a esa persona a los ojos. Entonces, te lo juro por mis hijos, inmediatamente ese rechazo que siento se me convierte en compasión y en amor. Paso genuinamente del rechazo a darle un abrazo. Es algo que he tratado de inculcarles a mis hijos. Mi hija lo empezó aplicar y luego me dijo: “híjole, si me cambió la vida”.

BLACK: Te lo pregunto como hombre de negocios, como papá, como un apasionado de la vida y como consecuencia de tu trabajo: ¿el amor lo puede todo?
Eugenio: Sí. Definitivamente el amor es el motivo de todo. El amor a tu trabajo… Hay muchos tipos de amor, por ejemplo: yo amo mi trabajo y lo amaba por sobre todas las cosas pero el amor a mi trabajo me quitó el amor de mis seres queridos. Yo llegué a perder el amor de mucha gente y creo que estuve a punto de perder el amor de mi familia, en muchas ocasiones por amar tanto mi trabajo. En los dos casos hay amor, pero también hay que encontrar un equilibrio entre amar a todo mundo… no sé como decírtelo, pero todo es cuestión de encontrar ese equilibrio. No puedo amar nada más esto pero no lo otro…

BLACK: ¿Qué haces con las personas que te impiden seguir adelante con tu camino?
Eugenio: En ese sebtido tengo un problema muy grave. Tengo un tema con la justicia, con el que no puedo. Ya una vez estuve yendo con un psicólogo y se lo expliqué. No puedo… es… me enloquece y lo he hecho mil veces. Si voy manejando mia auto o voy caminando y veo que alguien se está peleando o veo que están golpeando a alguien yo voy y me meto.

 

“El amor a mi trabajo me quitó el amor de mis seres queridos. Yo llegué a perder el amor de mucha gente y creo que estuve a punto de perder el amor de mi familia en muchas ocasiones, por amar tanto mi trabajo”

BLACK: ¿Te estás disfrutando ahorita?
Eugenio: La experiencia y la madurez de los años me han enseñado que tengo que disfrutar la vida cada minuto, porque no puedo estarla sufriendo. Yo por mí, seguiría todavía escribiendo mi siguiente película y no habría filmado Latin Lover si no hubiera sido porque un día dije “¡Ya! ¡Relájate, es sólo una película y si no está tan padre como la otra y si no está tan buena y si fracasa, no pasa nada, pero ya hazla! Tenía ocho libretos al mismo tiempo y no me decía. Ya estaba enloqueciendo, hasta que me dije que tenía que empezar a disfrutar la vida. Que me estaban pasando cosas muy lindas; que se me habían abierto muchas puertas increíbles y si seguía así de exigente iba a acabar no filmando con nadie. Creo que Dios y el universo me recompensaron con un elenco increíble que son Salma, Rob Lowe, Raquel Welch. Si por mí hubiera sido habría seguiendo escribiendo y puliendo el libreto, en lugar de estar filmando; pero, bueno, ya voy aprendiendo a relajarme.

BLACK: ¿Estás orgulloso de ti?
Eugenio: A ratos… Hay momentos en los que digo “¡Ay!, sí, me siento orgulloso¡” Pero después pienso: “no, todavía no, todavía no es el momento de sentirme orgulloso porque todavía me falta, hay muchas metas por alcanzar, todavía hay muchos caminos que recorrer, todavía tengo que demostrar muchas cosas”.

Claramente, cuando decidí que la prioridad era mi familia. Cuando nació mi bebé Aitana me dije que era la oportunidad de mi vida para no repetir mis errores. La vida es bien canija. Agarra y dice “¿Ay, si? ¿No me digas? ¿Es en serio?” y de pronto: “Ahora ahí te va tu oportunidad en Hollywood que fue el sueño de toda tu vida… ahora cúmplemelo”.

BLACK: Es que así es.
Eugenio: Está muy cañón. Como cuando dices qeu ahora sí vas a cambiar y serás diferente y llega la vida y te dice “¿ajá?” y te pone enfrente lo que más tentación te da, para ve si eres capaz de cumplir lo que acabas de prometer.

BLACK: Qué mona la vida, cabrona pero mona… aprendiste la lección y ahora si la estás equilibrando.
Eugenio: Sí, ya van dos películas importantísimas a las que he dicho que no por mi familia… y siento que la vida me lo está recompensando.

“Las mujeres prefieren un güey que las haga reír, que un güey que sea muy guapo… ¿sí o no?”

BLACK: Está la comedia en tu vida, no solo en tu trabajo, en tu vida. Pero están también el llanto y el susto. ¿Qué es lo que cada una te ha ofrendado?
Eugenio: La comedia me ha dado todo. Si la gente aprendiera a vivir con humor, su vida sería tan diferente. Yo he aprendido por mecánica de vida a reírme de todo. A reírme de mí mismo, de mis problemas, de la muerte, a un nivel que para mucha gente suena hasta insultante, pero es mágico. Cuando aprendes a reírte de todo es la mejor válvula de escape que puede haber.

BLACK: A mí no me importa cómo ser un Latin Lover, mejor dime, ¿cómo ser Eugenio Derbez?
Eugenio: ¿Cómo ser yo? Yo no más te diría… Yo soy un niño y es una de las cosas que más me critica la gente a veces, pero es lo que más disfruto. Si en Navidad me regalas un coche de control remoto, me haces más feliz que si me regalas unos calcetines, un traje, un suéter. A mí me encanta jugar. Prefiero jugar que irme a chupar a un bar. ¡Ah! ¡Qué flojera! Y amo mi trabajo; entonces, no me gusta vivir con reglas, no me gusta vivir con rutinas. Soy muy libre y eso es lo que me mantiene feliz. Nunca perder el niño que llevo dentro, nunca dejar que los problemas me amarguen. Reírme de todo lo que pueda reírme y ser feliz en lo que hago. Cuando algo no me hace feliz, automáticamente lo dejo, llámese mujer, casa, trabajo, amigo, lo que sea, porque siento que me empieza a matar al niño que llevo dentro y por consiguiente a matar la ilusión de vivir.

“Yo soy un niño y es una de las cosas que más me critica la gente a veces, pero es lo que más disfruto. Si en Navidad me regalas un coche de control remoto, me haces más feliz que si me regalas unos calcetines, un traje o un suéter. A mí me encanta jugar”

 

Por Lina Holtzman Warszawski

@linaglow