¿Estrategia, casualidad, capricho o increíble visión empresarial? Esta es la historia de un grupo de firmas que se atrevieron a dar un nuevo rumbo radical a la actividad con la que iniciaron y, lejos de fracasar, se convirtieron en las marcas de renombre, influencia e importancia que ahora conocemos.

A la conquista del espacio

Virgin Group

Su pobre desempeño escolar, resultado de su dislexia, no le impidió a este emprendedor británico iniciar un negocio a los 16 años: la revista Student que pronto se convertiría en un negocio de venta de discos (de vinil, por supuesto) por correo, en la década de 1970. En 1972, poco después de que una huelga postal lo llevara cerca de la bancarrota, abrió su primera tienda de discos. El éxito financiero y un préstamo bancario le permitieron a Richard Branson instalar pronto un estudio de grabación.

Mientras que el sello de discos Virgin es hoy propiedad de Sony Music, Virgin Group está conformada por más de 360 empresas, entre las que se encuentran desde servicios financieros, editoriales y de distribución de libros, una cadena de gimnasios, servicios médicos, aerolíneas y telefonía móvil hasta la que pretende convertirse en la primera línea aérea espacial: Virgin Galactic.

Momento decisivo. Hubo muchos, en especial el que él mismo narra en su autobiografía, cuando, durante un viaje a Puerto Rico la cancelación de su vuelo lo dejó varado con muchos otros pasajeros. Entonces, decidió rentar un avión y ofrecer el servicio de transporte a sus frustrados compañeros de viaje.

La clave de su éxito. Considera que su éxito se debe a que se preocupa porque la gente que trabaja con él sea feliz y se divierta, ya que eso lo refleja en el servicio que ofrece y, como dice, “un cliente satisfecho es un cliente fiel de por vida”.

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