Simples eran aquellos días en que el mundo se conformaba con elegir entre vino tinto o blanco. Hoy la cuestión no es tan sencilla, lo cual se agradece, porque esa complejidad aporta diversión y le quita monotonía al tema, que por años ha derrochado solemnidad. El mundo enológico se va llenando de rarezas. Mercadotecnia, verdaderos aportes a la vitivinicultura o meras ideas descabelladas, juzga tú. Aquí, algunas de las más interesantes.

Canto al vino

El japonés Masaru Emoto realizó un controversial y famoso estudio en el que aseguró que las moléculas del agua se modificaban de acuerdo con las palabras que “leían” o la música que “escuchaban”.

Un proyecto vinícola mexicano llamado Salto de Fe se basa en esta teoría de las frecuencias positivas para aplicar al vino música y palabras bellas durante su añejamiento, lo cual provoca que éste, una mezcla de cabernet sauvignon, barbera y nebbiolo, desarrolle dos personalidades completamente diferentes.

Tono8 es la etiqueta del vino que fue sometido durante seis meses a ocho horas diarias de música (clásica, jazz, blues y otras melodías, siempre positivas) que le fueron transmitidas de forma individual, mediante audífonos colocados directamente en cada barrica, lo cual provoca una aceleración del añejamiento y, por lo tanto, sabores más intensos de la madera en el vino.

Grapho es la expresión de las palabras positivas que fueron escritas con gis sobre cada barrica, con la finalidad de transmitirle la energía que Emoto aseguraba que modificaba la estructura del agua; tiene una identidad muy frutal y fresca.

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